3 de Marzo, Terremoto de 1985

El 3 de marzo de ese año un terremoto grado 7,8 en la escala de Richter remeció con violencia las regiones centrales del país. El movimiento sísmico dejó 177 muertos, daños millonarios y un sentimiento de miedo generalizado.

La tarde del domingo 3 de marzo de 1985 había transcurrido en Chile como casi todas las tardes de aquel lejano y caluroso verano. Apacible, familiar y canicular. Quizás lo único diferente era que ese día los cielos habían aparecido levemente nublados en las regiones centrales, acababa de jugar la selección nacional de fútbol en el extranjero y al día siguiente miles de estudiantes, que se despedían con nostalgia de la temporada veraniega, se aprestaban a ingresar a escuelas y colegios.

Pero, a las 19.47 hrs, todo cambió de golpe. La tierra comenzó a moverse compulsivamente, anunciando un terremoto de gran magnitud, que alcanzaría con el correr de los minutos una intensidad de 7,8 en la escala de Richter.

1

 Con epicentro en la costa central de la región de Valparaíso, el terremoto se había producido como consecuencia de una falla inversa entre placas. La placa de Nazca, que avanzaba hacia el este, había hecho un violento contacto con la placa de Sudamérica, que avanzaba a su vez hacia el oeste.

Daños millonarios

El sismo, que se sintió entre la región de Antofagasta y la región de Los Lagos, alcanzó su mayor violencia en la zona central del país. Los daños fueron catastróficos, especialmente en zonas puntuales como Santiago, San Antonio y Valparaíso. En localidades rurales y semirurales de las regiones Metropolitana, de O’Higgins y del Maule (como Melipilla, Alhué y Rengo) el terremoto fue especialmente destructivo, lo que se constató con el derrumbe de numerosas construcciones y edificaciones hechas de adobe (material hecho a partir de una masa de barro, arcilla y arena, mezclada a veces con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al sol).

2

 Pero no sólo se cayeron casas. También se interrumpieron los servicios básicos, se registraron numerosos deslizamientos de tierra y grandes roturas de pavimento en la Ruta Panamericana, el puerto de San Antonio quedó prácticamente inutilizable, Valparaíso perdió el 50 por ciento de su capacidad para manejar carga, muchos caminos secundarios quedaron intransitables y se reportaron caída de puentes y daños considerables en la infraestructura de las ciudades y localidades afectadas.

El recuento final de víctimas también fue muy penoso. Fallecieron 177 personas, mientras 2.575 resultaron heridas. Más de 142 mil viviendas resultaron destruidas y se reportaron más de 670 mil damnificados. Los daños totales, en tanto, fueron avaluados en más de 1.046 millones de dólares.

 3

Pero el perjuicio no fue solamente económico sino que también psicológico. Muchos chilenos quedaron verdaderamente traumatizados con la intensa experiencia, aprendiendo y sufriendo en carne propia la enseñanza de que el nuestro es uno de los países más sísmicos de la tierra.

Los chistosos de siempre aseguraron que lo único positivo que dejó el movimiento sísmico fue la invención posterior del “terremoto”, bebida alcohólica preparada con vino pipeño y helado y que en la actualidad goza de gran popularidad entre jóvenes, adultos y dipsómanos declarados.

4

Los chilenos que todavía no nacían en esa época o que eran demasiado pequeños para recordar el terremoto, tendrían que esperar 25 años para experimentar un movimiento sísmico de igual connotación y poder destructivo. En la madrugada del 27 de febrero del 2010 la tierra volvería a sacudir al país, aunque esta vez acompañado de un devastador tsunami.

Los sismólogos afirman que los terremotos en Chile se producen cíclicamente, lo que en nuestro caso equivale a decir que se producen cada cuarto de siglo. Si en 1960, 1985 y 2010 se produjeron puntualmente, lo más lógico sería esperar otro movimiento sísmico para el año 2035. Eso, si la tierra no se acaba antes.

Via: http://www.guioteca.com/los-80/el-terremoto-de-1985-cuando-la-tierra-sacudio-a-la-mitad-de-chile/

Categorías: Blog

Los comentarios están cerrados.