VINCULACIÓN DEL VOLUNTARIADO ESPONTÁNEO EN DESASTRES CON LOS ORGANISMOS PROFESIONALES DE RESPUESTA

 

N. Publicación. Voluntariado Espontáneo Ante Desastres 2Chile es un país que históricamente ha convivido con desastres de origen socionatural o antrópico. Ante esto, la normativa nacional establece que instituciones del Estado como Carabineros, PDI, CONAF o Servicios de Salud respondan ante emergencias o desastres, y tradicionalmente han contado con la colaboración de otros organismos de voluntariado pertenecientes a la sociedad civil como Bomberos o Cruz Roja que, por su estructura, capacitación y entrenamiento estandarizado en ayuda humanitaria, también son categorizados como profesionales en los sistemas de protección civil.

La situación descrita es lo que habitualmente vemos ante los desastres, pero cuando ocurren estos eventos, en muchas personas surge un sentimiento altruista de querer ayudar a su comunidad para enfrentar las consecuencias de la adversidad que están viviendo y que, motivadas por socorrer, se despliegan hacia la zona del incidente como voluntariado espontáneo (en adelante VE) y trabajan realizando tareas sin estar coordinados con una organización. Este tipo de voluntariado puede proporcionar un importante recurso durante las etapas de respuesta y recuperación, poniendo a disposición sus conocimientos, capacidades y recursos para atender las verdaderas necesidades territoriales, sobre todo cuando la demanda de asistencia supera la capacidad de las instituciones.

A pesar de las solidarias intenciones del VE, esta fuerza adicional de trabajo, al no estar organizada, puede sufrir daños o interferir con las operaciones de respuesta, generando con ello, riesgos adicionales a las operaciones y a las mismas víctimas, como perjuicios a su salud física o mental, a causa de su falta de preparación, coordinación o debido a supuestos equivocados que muchas veces se basan en información errónea. Para evitar estos errores, en primera instancia hay que comenzar a revelar una realidad oculta.

” La primera respuesta ante los desastres no es entregada por los organismos profesionales; la verdadera primera respuesta es entregada por la comunidad y familias directas”. Por eso, la preparación ante desastres es una responsabilidad ética de todos y todas.

Foto Roberto Candia, bandera

(Fuente de la imagen: Fotógrafo Roberto Candia, Terremoto y Tsunami 27F año 2010, Chile)

Partiendo de esta premisa, el VE surge durante los primeros minutos de ocurrido el evento y se mantiene activo en mayor o menor medida durante la etapa de respuesta y recuperación. Solo por nombrar algunos ejemplos, como el terremoto y tsunami del 27/F en 2010, el gran incendio de Valparaíso en 2014 o los incendios forestales durante el verano 2017, fueron situaciones que superaron por completo la capacidad de respuesta convencional y donde el involucramiento comunitario fue de gran importancia para atender situaciones en que no se daba abasto.

Fotos Guía GVE 1y2

(Imágenes extraídas desde la Guía para la Gestión de Voluntarios Espontáneos)

Con lo descrito, debe ser una responsabilidad prioritaria de los gobiernos locales implementar en su gestión del riesgo de desastres, estrategias preventivas y reactivas para garantizar la vinculación del VE de una comunidad con los organismos profesionales, teniendo como objetivo el correcto direccionamiento de las tareas para un uso óptimo de los recursos y empleo eficiente del talento humano.

Este no es un ideal difícil de alcanzar en términos prácticos, ya que desde el año 2018 contamos con directrices indicadas en la “Guía de orientaciones para la gestión de voluntarios espontáneos en situaciones de emergencia y desastre” de la provincia de Concepción, basada en la Norma Chilena ISO 22319 sobre planificación para la participación de voluntarios espontáneos ante desastres, directrices que están siendo incorporadas en instituciones y comunidades del Biobío, a través de los esfuerzos y el compromiso que Fundación Alto Río ha asumido en esta temática.

Foto Guía GVE Portada

(Portada de la Guía para la Gestión de Voluntarios Espontáneos)

El desafío para nuestra organización y también a nivel país en materias de gobernanza, incluye la concientización sobre la relevancia de la coordinación del voluntariado espontáneo en la gestión pública, para instaurar una cultura del riesgo, con capacidades y una preparación adecuada a las características del territorio que habitamos.

Raúl Galaz Garrido

Ingeniero en Prevención de Riesgos

Colaborador Fundación Alto Río

Categorías: Blog, Noticias

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